METACOGNICIÓN: UNA ESTRATEGIA EDUCATIVA NECESARIA.

La metacognición ha tenido sus orígenes desde 1970, donde FLAVELL, introduce este concepto de una manera teórica investigativa y aplicativa que trasciende a la psicología cognitiva para colonizar con gran fuerza la pedagogía.

FLAVELL( 1975 –1979) define la metacognición como “control de los propios procesos del pensamiento”, donde se da cuenta del control que tiene el sujeto de sus destrezas y procesos cognitivos y la habilidad para darse cuenta de estos. De esta manera se podría decir que las actividades cognitivas estarían guiadas por operaciones de una central de sistemas, donde los procesos y mecanismos tienden a la adaptación. Es así donde la metacognición sería una de las actividades que regulan dicho sistema de manera consciente. Entonces, la metacognición hace referencia según Flavell “ al conocimiento que cada persona tiene acerca de sus propios procesos y productos cognitivos”, cabe aclarar que la metacognición se denomina como conocimiento de la cognición a partir de las investigaciones de la metamemoria, es decir el conocimiento de cómo funciona la memoria, lo cual llevó a descubrir que los recursos cognitivos no son espontáneos sino que se activan cuando es necesario enfrentar tareas o problemas concretos y así poder seleccionar la estrategia más pertinente para solucionarlos, por esto Flavell, considera la metacognición como “el conocimiento que una persona tiene de las características y limitaciones de sus propios recursos colectivos, el control y la regulación que ella puede ejercer sobre tales recursos”.

Por lo cual, podríamos decir que el proceso de aprendizaje es la habilidad de los seres humanos de controlar y reflexionar sobre éste, es decir, saber qué estrategias se van a aplicar para autorregular el propio aprendizaje. El autor Dorado Perea (1996) aclara que todos, de forma consciente o inconsciente, creamos nuestras propias estrategias para aprender, pero cuando tomamos consciencia de ello, cuando estamos planificando, regulando y evaluando continuamente las estratégias que vamos a utilizar a la hora de posibilitar un proceso de aprendizaje, estamos ejerciendo un pensamiento metacognitivo, dicho de otra manera, estamos siendo estratégicos a la hora de aprender.

En este sentido, la metacognición solo existe cuando el sujeto es capaz de establecer los objetivos que quiere alcanzar con su aprendizaje, esto tiene que ver con el “saber qué” y así mismo, pensar en las estrategias y la autorregulación para conseguir esto, es decir, el “saber cómo”. Los niños y los jóvenes, entonces, deben saber reconocer cuando no entienden algo y necesitan una ayuda adicional de forma oportuna, por lo tanto, es fundamental que aprendan a preguntar; el maestro es quien debe promover y desarrollar en sus estudiantes una consciencia de lo que han aprendido y lo que están aprendiendo, de las estrategias que han utilizado en ese aprendizaje y si éstas han sido efectivas o no, mejorándolas y reconociendo cuanto les falta por aprender.

El maestro que potencializa la metacognición, demuestra su propia capacidad de reflexionar sobre los procesos de construcción del conocimiento y sacar de ello un enorme provecho pedagógico, construyendo de esta manera un verdadero aprendizaje en sus estudiantes, pues los hace conscientes de su necesidad e importancia para un buen desenvolvimiento social.

En este sentido la propuesta dada por la metacognición, plantea un verdadero cambio a lo que normalmente hace el maestro al enseñar, construyendo a partir de esta conciencia un verdadero aprendizaje para la vida y no para el momento, creando a su vez sujetos más reflexivos y críticos frente a lo que se les presenta, pues como ya se ha mencionado la metacognición, como indica su nombre, es un proceso cognitivo que lleva al estudiante a reflexionar sobre sus propios saberes y la forma en que se producen no solo los conocimientos, sino también el aprendizaje, generándose de verdad la construcción del aprendizaje y no la repetición sin sentido de conceptos, esta es una tarea difícil, sin embargo, es necesario empezar a crear hábitos de enseñanza que estén permeados de este tipo de aprendizajes. Para que el maestro logre en sus estudiantes esta práctica, es necesario primero, que el mismo docente consiga tener un pensamiento metacognitivo en donde reflexione y evalué tanto sus aprendizajes como sus métodos de enseñanza.

En síntesis, la metacognición es una de las corrientes que revolucionan la enseñanza y se manifiesta en los nuevos programas escolares y las reformas educativas de los últimos años, la cual insiste en que los maestros deben enseñarles a sus estudiantes a aprender. Así mismo, el concepto de metacognición aborda los aspectos autorreguladores del aprendizaje, el papel mediador del maestro y la relación coherente que debe existir entre el aprender, el enseñar y el evaluar.